Si nada nos salva de la muerte, que 'El intermedio' nos salve de la vida

Vivimos en un tiempo convulso, en el que la saturación de noticias es una constante. La actualidad ha entrado en un bucle de corrupción, broncas parlamentarias y dramas. Los medios se han convertido en metralletas de información, sobrepasando a la sociedad. Y, entre tanto ruido, 'El intermedio' se ha alzado como un informativo paralelo con el que afrontar la realidad desde otro prisma. Su principal activo es ofrecer las noticias que tanto crispan a la sociedad bañadas con una capa de humor corrosivo que haga el esperpento más digerible.

Este éxito tiene varios causantes. Por un lado, los guionistas han demostrado que se pueden hacer chistes ingeniosos sin caer en lo manido en la era de los 140 caracteres. Por su parte, los vídeos manipulados se han convertido en marca de la casa y le dan dinamismo al programa, convirtiéndose en una efectiva transición. Y, como no podía ser de otra forma, las caras visibles saben cuál es su papel y lo cumplen sobradamente. Sandra Sabatés es el contrapunto perfecto a Wyoming, que ha hecho suyo el programa gracias a sus reflexiones en el pico de la mesa y sus pifias con el cue. Gonzo, con sus excelentes reportajes, es el acompañante perfecto a Dani Mateo, mientras que Thais Villas le otorga el punto necesario de travesura.

El programa de laSexta ha conseguido destripar de manera muy acertada la realidad, valiéndose del humor, la ironía y la implicación social. Lo que comenzó siendo un espacio en el que sacarle punta al panorama político y periodístico fue virando hacia un análisis político más profundo sin perder la mirada ácida y corrosiva. Y ese es su gran acierto: encontrar el equilibrio entre la información y la sátira.

'El intermedio' se ha convertido en la tabla de salvación para muchas personas que huyen de la realidad sin querer desprenderse de la realidad. Se ha convertido en una referencia informativa (lo cuál dice mucho de las referencias y de los informativos) gracias a su honestidad y su inevitable vocación de hacer reír. Nunca se han tomado en serio ni se han dado ínfulas, recordando cuál es su esencia y qué les ha hecho grandes.

Porque, en el fondo, 'El intermedio' es un reír para no llorar en toda regla. El programa es la mejor herramienta para acabar el día informado pero con una sonrisa, sabiendo que el humor es la mejor cura contra la vida. Wyoming y su banda consiguen que aquello que duele sea más llevadero, que la vida sea menos fea durante una hora. Y eso, hoy por hoy, es un milagro.