Es uno de los elementos más temidos de los últimos tiempos. Odiado por políticos y empresarios, es una herramienta capaz de destrozar carreras y desmoronar grandes discursos. La hemeroteca ha causado grandes estragos últimamente pero nos ha dejado uno de los espacios televisivos más bonitos de los últimos tiempos. Este domingo, La 2 estrena la cuarta temporada de uno de sus programas más aclamados: 'Cachitos de hierro y cromo'.
El espacio que presenta Virginia Díaz se ha consolidado en la parrilla, a través de conjugar varios ingredientes que dan como resultado un programa muy redondo. El primero de ellos es la nostalgia, que fluye sin convertirse en algo excesivamente lacrimógeno. Todo lo contrario. 'Cachitos...' despierta la ternura de quién recuerda el pasado con una mezcla entre ilusión y añoranza. Viendo algunos estilismos, letras de las canciones o puestas en escena, las sonrisas y el "¿cómo nos podíamos poner esas cosas?" son inevitables. Y esa es otra de sus claves: la radiografía de España a través de sus programas musicales. Gracias a las actuaciones, se pueden observar las diferentes épocas por las que ha pasado este país de forma sorprendentemente clara. También es un gran acierto el hecho de que cada programa tenga una temática definida para que no parezca un cajón de sastre en el que se emiten actuaciones sin criterio organizativo.
Entre sus puntos fuertes, es necesario destacar la interacción que ofrece el programa a su público. Además de típico hashtag, 'Cachitos de hierro y cromo' va más allá y ofrece la posibilidad de que los propios espectadores sean los que rotulen los vídeos, con premios a los más originales incluidos. Esto hace que los televidentes se sientan parte del programa y lo entiendan como algo suyo, lo cuál repercute en el boca-oreja, hecho fundamental para entender el progresivo éxito que ha ido alcanzando el programa en un día tan difícil como el domingo (con competencia tan dura como 'Salvados', 'GH' o 'La película de la semana').
Y, por supuesto, otro de los ingredientes de esta receta es la necesidad que tiene la televisión de programas musicales. La música es una constante en nuestras vidas y son muchas las personas que echan de menos programas como 'Plastic', 'Tocata' o Música sí'. Incluso los que no vivimos estos espacios los añoramos a través de 'Cachitos...', donde vemos una TV que arriesgaba, era creativa y no estaba encorsetada.
Todo ello aliñado con un maravilloso rastreo del inmenso archivo de TVE da como resultado este programa, que también nos explica de dónde venimos musicalmente hablando. Pero, en mi opinión, la gran enseñanza que nos deja este espacio es que la música ha sido, es y será siempre una parte fundamental de nuestra vida, algo esencial. Y, además, tiene una acertada crítica escondida a Televisión Española: 'Cachitos...' es posible gracias a los programas musicales que ha habido durante décadas en la televisión pública pero, ¿cómo haremos un espacio así en un par de décadas si ahora no hay programas de música? Pero, sobre todo, no recuerda que no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor pero que recordarlo siempre es sinónimo de pasar un buen rato.
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