Las cocinas se volvieron a encender y los cuchillos se empezaron a afilar anoche. Esto es sinónimo de una nueva temporada de 'Top Chef', que volvió a los hogares españoles y lo hizo con un notable éxito de audiencia. El talent culinario agolpó a 2.311.000 espectadores, logrando un 15,9% de share. Fue líder de su franja por delante del estreno de 'Iron Man 3' y el nuevo programa de Bertín Osborne, 'En tu casa o en la mía'. Pese al liderazgo, hay que recordar que es peor primera gala del programa de Alberto Chicote en lo que número de espectadores se refiere, ya que el programa de estreno de su primera temporada lo vieron 3.030.000 televidentes y el de la segunda 2.372.000.
El regreso del espacio, producido por Boomerang, sorprendió gracias a Paco Roncero, la revelación de la noche. El tercer juez en discordia se estrenaba en 'Top Chef' y no defraudó, demostrando que era capaz de ser protagonista y no sólo comparsa de Chicote. Pero su aparición también tuvo parte negativa, ya que se le pudo ver forzando en exceso el papel de "poli malo". El mejor ejemplo es el momento en el que le pregunta a una de las aspirantes que en quién pensaba justo antes de decidir si entraba o no y ella, emocionada, respondía que en su madre. Acto después, Paco le decía que muy bien pero que no iba a tener cuchillos (al menos en esa ronda) y la concursante se volvió a su sitio acordándose de una madre, pero en esta ocasión la de Roncero.
En cuánto al casting, de primeras sólo llamó la atención Oriol, un desquiciado que se cree que ha inventado la penicilina. Su "freestyle cooking" (de la que no haré comentarios porque luego las demandas hay que pagarlas) fue una de las mejores cosas de la noche. El Tamara Falcó de los fogones pide protagonismo a gritos (y alguna que otra cosa más) y promete dejar grandes momentos para el recuerdo. Otro de los momentos estelares fue cuando Jesús, el cocinero barroco, dijo que había cocinado para Madonna, Julio Iglesias... y para Fernando DiCaprio. No sabemos si el tal Fernando es el primo de Leonardo o un chaval que vive en Burguillo de Osma pero esperamos que disfrutara de la comida.
Aunque es la primera gala, las anteriores ediciones se caracterizaron por establecer unos roles claros desde el principio y así la audiencia tomó partido desde el primer minuto (el villano Marc, el pedante Carlos, el tímido David..). Habrá que ver cómo evolucionan los participantes porque la identificación del público con alguno de los concursantes es una de las claves para que el numerito del share sea satisfactorio. Además, será muy importante la interacción de los jueces con los concursantes y entre ellos mismos. El hecho de que Chicote haya cedido protagonismo en el show es un aspecto realmente positivo porque, si bien Alberto es un animal televisivo todoterreno, su excesiva presencia puede saturar y con ello se perdería un gran comunicador.
Como en las anteriores ediciones, la fotografía, producción y decorados no cambian, un acierto ya que es uno de los puntos fuertes del programa. Hay mucha expectación sobre las novedades que tendrán lugar en esta tercera temporada (más famosos, más exteriores, cambio de país) pero el primer programa ha dejado un buen sabor de boca. El próximo martes, más y ¿mejor?
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